Soy Blanca Gutiérrez. Crecí en un entorno familiar donde los valores humanos y cristianos no solo se enseñaban, sino que se vivían día a día. Mis padres destacaron siempre la importancia del trabajo, el servicio y, sobre todo, un profundo amor a Dios. Mi padre tuvo que emigrar a otro país en busca de trabajo, mientras mi madre se quedó en México cuidando de sus 11 hijos. Hoy, a sus 67 años de matrimonio, sigo viendo en ellos esos mismos valores, y son mi mayor ejemplo en todos los aspectos de la vida.
En mi familia, se nos inculcó la importancia de ser personas íntegras y empáticas, reconociendo que cada ser humano posee dignidad y merece ser tratado con amor y respeto. Este enfoque ha marcado profundamente mi manera de ver el mundo y de entender el sufrimiento ajeno. Mi vocación por servir y apoyar a quienes enfrentan dificultades comenzó a manifestarse en mi infancia y se ha convertido en mi estilo de vida.
Al inicio de mi matrimonio, mi esposo y yo decidimos que me dedicaría por completo a mi familia y hogar. Esta decisión no truncó mis planes personales; años después, sentí el deseo de continuar mi desarrollo profesional, lo que ha sido una experiencia maravillosa, ya que ahora puedo compartir y disfrutar mis logros con mi familia.
“En mi profesión, encontré mi misión.” Ser psicóloga ha sido uno de los grandes regalos que Dios ha permitido en mi vida. He abrazado los procesos psicológicos porque, para mí, cada paciente es una persona única y valiosa que merece encontrar un sentido a su vida y vivir plenamente. Mi misión es acompañar a las personas en su camino hacia la aceptación, la sanación y la transformación.
Soy conductora de radio y televisión en medios católicos como María Visión, Radio María México y Valora Radio. Además, imparto talleres y conferencias, ofreciendo herramientas y compartiendo temas de formación y sanación para todos los miembros de las familias. Trabajo con una visión sin límites, tanto de manera presencial como en línea. Esta forma de trascender en mi profesión me ha brindado grandes oportunidades para complementar mi misión, compartiendo contenido de formación integral sobre psicología y espiritualidad desde una perspectiva de fe.
Esta experiencia enriquecedora no solo me permite llevar un mensaje de esperanza y amor a quienes escuchan, sino que también me reafirma la importancia de integrar la psicología y el evangelio en mi misión de vida.
Un acontecimiento significativo en mi vida, que en su momento no comprendía del todo, me llevó a confiar en Dios, segura de que me preparaba para algo mayor. Esa respuesta llegó bajo el nombre de Mindove, un momento crucial en mi camino profesional al ser invitada a trabajar con la Dra. Mercedes Vallenilla. Su enfoque basado en la ciencia y la fe, con una perspectiva “psicoespiritual”, resonó profundamente en mí. Siempre he deseado colaborar con psicólogos que traten a las personas en su integridad: mente, cuerpo y alma, pues considero que esta es la forma más auténtica y completa de brindar ayuda.
Recibir la invitación para formar parte del equipo como comunicadora encargada de los medios y de la prensa, así como de la difusión no solo de quienes somos en Mindove sino de quienes somos como Iglesia, es una oportunidad invaluable para dar vida a un mensaje de amor y esperanza que puede cruzar fronteras. Estoy convencida de que nuestros mensajes pueden ser un puente que une corazones y naciones, con el fin último de promover el bienestar de las personas. Asumo esta nueva responsabilidad con la certeza de que cada palabra compartida llegará al corazón de aquellos que necesitan comprensión, fortaleza e ilusión para seguir adelante, compartiendo mensajes que integran ciencia y espiritualidad para restaurar corazones y construir esperanza.
Mi compromiso es servir con integridad, empatía y la gran responsabilidad de siempre guiarlos hacia la verdad, para que puedan descubrir la grandeza del verdadero amor. Creo que juntos podemos construir un mundo más solidario y fraterno, donde cada mensaje se convierta en un propósito para ser mejores cada día.
Juntos, con fe y dedicación, construiremos un mundo donde cada palabra y cada acto sean un reflejo del amor y el bien que tanto anhelamos para la humanidad.
