Introducción
No es saludable obligar a alguien a hacer lo que no desea, especialmente cuando se trata de la fe. La fe es una respuesta voluntaria del hombre al llamado de Dios, y solo se puede vivir plenamente cuando se acepta libremente. En este artículo, exploraremos por qué no es sano forzar a las personas a tener fe y cómo Dios respeta la libertad del hombre.
La Fe como Respuesta Voluntaria
La fe es un don de Dios que se recibe cuando una persona decide creer. Esta decisión permite que Jesús derrame su gracia sobre el hombre, dirigiendo sus pensamientos y deseos hacia Dios. Obligando a alguien a tener fe, se pierde la esencia de este acto voluntario y personal.
Ejemplo de Jesús
Jesús es un ejemplo claro de respeto a la libertad humana. Cuando llamó a sus apóstoles, no los obligó a seguirlo. Según la Biblia, simplemente les dijo: “Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres”. Jesús mostraba su vida, realizaba milagros, sanaciones, y hablaba del reino de los cielos, permitiendo la conversión libremente.
La Conversión y la Voluntad
Una persona que no vive su fe difícilmente podrá agradar a Dios. Aquellos que dudan de las verdades reveladas encontrarán razones para rechazar la fe, ya que no están dispuestos a abrir su corazón y su inteligencia. Dios no puede ofrecer su amistad a quien no la acepta libremente. Él llama y somos nosotros quienes decidimos si permitimos que entre en nuestras vidas.
Consecuencias de Obligar a Tener Fe
Obligar, insistir o perseguir a alguien para que tenga fe solo generará rechazo hacia Dios y su iglesia. Todos tenemos un momento en la vida en el que somos llamados, y este puede ser a diferentes edades. A veces, la fe se encuentra en momentos de dificultad, como una enfermedad o la muerte de un ser querido.
Conclusión
La fe es un acto voluntario y personal que no puede ser forzado. Obligando a alguien a tener fe, solo se logra el rechazo y la superficialidad en la práctica religiosa. Es fundamental respetar la libertad de cada individuo y permitir que la fe se desarrolle de manera natural y genuina.

María del Pilar Castillo
Psicóloga SuperDover
Especilista en Terapia de Pareja