Cada octubre, la ciudad de Zapopan, Jalisco, se convierte en el epicentro de una de las festividades más emblemáticas de México: la Romería de la Virgen de Zapopan. Esta celebración, que atrae a miles de peregrinos de todas partes, es un testimonio de la profunda devoción que los habitantes tienen hacia la Virgen, un símbolo de protección y esperanza.
Una Devoción Centenaria a la Virgen de Zapopan
La historia de esta tradición se remonta al siglo XVIII, cuando la imagen de la Virgen de Zapopan fue trasladada desde Guadalajara. Desde entonces, cada año, los fieles realizan un recorrido de aproximadamente 8 kilómetros, comenzando en la Catedral Metropolitana de Guadalajara y finalizando en la Basílica de Zapopan. Este camino, cargado de significado, simboliza la fe y la unidad de la comunidad.
Preparativos para la Gran Festividad
Los preparativos para la Romería comienzan meses antes. Las calles se adornan con flores, altares y luces que crean un ambiente festivo. Los peregrinos, muchos de ellos vestidos con trajes tradicionales, llevan consigo ofrendas y se organizan en grupos que caminan juntos, entonando canciones religiosas. Este aspecto comunitario es fundamental, ya que refuerza los lazos entre los participantes y con la Virgen.
La Emotividad del 12 de Octubre
El 12 de octubre, día de la celebración, despierta gran emotividad. Los fieles llevan en procesión la imagen de la Virgen, rodeándola con oraciones y cantos. El fervor religioso llena la atmósfera, mientras los asistentes comparten sus historias de fe y gratitud.
Una Celebración Cultural y Religiosa
La Romería de la Virgen de Zapopan no es solo una festividad religiosa; también promueve la identidad y las tradiciones mexicanas como evento cultural. Este encuentro anual fortalece el sentido de comunidad y pertenencia, y atrae a visitantes de todo el mundo que desean experimentar la magia de esta antigua celebración. Sin duda, la Romería manifiesta el amor y la devoción que todos llevan en el corazón.
Blanca Gutiérrez
Psicóloga SuperDover
Especialista en Teología del Cuerpo